La asignatura corresponde al tercer año de carrera del grado de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. En ella, se registran 4 horas a la semana. Todos los profesores instan a sus alumnos a acudir a sus clases para que estos se empapen de los conocimientos que se imparten en las aulas y para no perderse las pautas que se necesitan a la hora de realizar según qué tareas paras aprobar la materia. Sin embargo, más de un alumno ha sentido que este tiempo invertido no ha servido para nada más que para eso, para conseguir créditos. Como estudiante de periodismo, considero que una profesión como la nuestra requiere de cierta libertad en cuanto a procedimiento para crecer como profesionales de la comunicación.
Y esto es algo que el profesor Gómez Quijano, profesor de piragüismo (como él se autodefine) y creador de las charlas NewPaper, nos ofrece. Las clases generalmente conocidas como “teóricas” son algo más gracias a este profesor. Estoy segura de que muchos alumnos del mismo grupo estarán de acuerdo conmigo cuando digo que el aporte de Arturo a nuestras expectativas de futuro y motivación es incalculable. La mitad de sus clases son charlas ofrecidas por profesionales que comparten su experiencia con los alumnos y que ofrecen consejos gracias a su trayectoria. Esto nos brinda una perspectiva más cercana a lo que nos espera en un futuro no tan lejano. No obstante, esto no nos exime de nuestras responsabilidades y, aunque debemos realizar un trabajo a la semana, el profesor nos deja cierta libertad a la hora de escribir y nos recalca la importancia de la visibilidad, ya que debemos publicar dichas tareas en nuestros blogs. Al fin y al cabo, un periodista quiere que sus letras sean leídas y, sus palabras, escuchadas; quiere saber que su tiempo y su trabajo sirven para algo. El profesor entiende la envergadura de la inquietud que pueden sufrir los alumnos y consigue mantener viva la llama y la pasión, manteniendo los pies en el suelo.
Por otra parte, cabe destacar el tono de Gómez Quijano, ya que la otra mitad de las clases no son tediosas, ya que aporta datos de vital importancia a la hora de entender el mundo de la comunicación y fomenta la participación de los alumnos, aunque muchos de estos respondan, en muchos casos, con timidez y nerviosismo. El profesor usa un tono cercano y emplea el sentido del humor para hacerse oír y escuchar. Además, como buen comunicador, asume su parte de culpa en caso de que algún mensaje no haya calado en los estudiantes. En definitiva, considero a la asignatura como una de las mejores experiencias de este año académico.
Por Larisa García Almenara
01/04/2022