Martín y Rodríguez Asesores es una asesoría integral de empresas con un despacho de abogados fundada en 1994 en Santiago del Teide (Tenerife) por profesionales con amplia experiencia de gestión, tanto en la empresa privada como en la administración pública. Se trata de una sociedad limitada unipersonal cuyo trabajo se basa en el asesoramiento contable, laboral, jurídico y fiscal. Hoy hablamos con Tara Cruz, una de sus empleadas desde que empezara sus prácticas mientras cursaba sus estudios universitarios, hace ya 3 años. En esta pequeña empresa Tara trabaja como contable, aunque también se encarga de dar altas y bajas de la Seguridad Social y de las subvenciones.
La comunicación interna de la propia empresa es muy simple, ya que se trata de una pyme de tan solo 10 empleados, lo que facilita la comunicación. Según Tara “En un grupo de trabajo todos los miembros tienen una labor individual, mientras que en un equipo todos somos uno”. Al trabajar en una oficina con mesas muy cercanas entre sí la comunicación entre empleados es horizontal y en persona. En otros casos, el medio más utilizado por los miembros de la empresa es el teléfono móvil a través de llamadas o mensajes de WhatsApp. En casos más excepcionales los empleados hacen uso del correo electrónico, y las notas. “Con el cambio de niveles en la isla durante la pandemia nos comunicábamos por el grupo de WhatsApp para informarnos de qué medidas tomábamos de cara a la prespecialidad laboral”, afirma. Además, realizan informes trimestrales para observar el crecimiento de la empresa.
De cara al cliente la empresa prefiere contar con un trato más personal y cercano con conversaciones en persona. “Nosotros aceptamos clientes hasta que no damos abasto. Son muchas empresas para tan poco personal”, asegura Tara. Para Martín y Rodríguez Asesores es primordial ofrecer un servicio de calidad, de ahí que decidan priorizar calidad a cantidad. “Cuando llegan nuevos clientes hacemos un trabajo de investigación previo para conocer la situación de la empresa y así adaptarnos al cliente y poder asesorarle lo mejor posible”. Este tipo de controles se llevan a cabo porque, según Tara, no existe reciprocidad por parte del cliente. “La mayoría de los clientes ofrecen información sesgada o archivadores incompletos y desordenados, lo que se traduce en más horas de trabajo que podríamos invertir en avanzar”, se lamenta Tara. “En julio salió una nueva Ley Antifraude que prohibía pagar más de 1.000€ en efectivo. A los clientes se les envió varios WhatsApp, correos y notas y, sin embargo, en enero un señor pagó una nómina en efecto de 1.200€”. Además, tratan con el cliente a través de llamadas de teléfono, sus redes sociales (Instagram, Facebook) y su propia página web.
Por Larisa García Almenara.
2/04/2022